Actualizada la vista panorámica del mapa ‘Ship graveyard’
Una vez hubo un río cuyas aguas fluían a toda velocidad llenando de vida el puerto situado en su orilla, que aceptaba y enviaba cientos de barcos al día a través de sus aguas. Tras el desastre, un grupo bastante grande de supervivientes se asentó en una de las barcazas ancladas que se encontraba cargada con productos enlatados. Vivieron recluidos y defendiéndose con éxito contra todos aquellos que intentaron hacerse con sus provisiones.
Una noche se levantó un fuerte viento, acompañado de una terrible lluvia, que poco después se convertiría en una tormenta de granizo, con piedras cayendo del tamaño de un huevo de gallina. Un hombre perdido y solitario, cubierto de tatuajes de pies a cabeza, se acercó a la barcaza y pidió a sus habitantes poder resguardarse allí de la tormenta. Ellos, asustados, rechazaron su petición. De nuevo el desconocido volvió a pedirles poder refugiarse allí y de nuevo ellos le rechazaron. Por tercera vez el hombre ya desesperado apeló a su humanidad pero sólo obtuvo silencio como respuesta.
Y entonces sus ojos, ocultos bajo las gafas, empezaron a brillar con una luz verde, al igual que todos los tatuajes de su cuerpo, mientras poco a poco se iba hundiendo en el terreno hasta desaparecer. Al día siguiente, el nivel del agua en el río había comenzado a disminuir y pronto sólo quedó una pequeña corriente.
Sin agua, la barcaza cayó al fondo y rápidamente se convirtió en presa de los Raiders. A la vez el río comenzó a fluir a lo largo de un nuevo lecho, un canal semicircular perfectamente uniforme, como si una brújula gigante girara alrededor del lugar donde se había visto al hombre perdido de los extraños tatuajes.
Durante muchos años el área se mantuvo vacía hasta que finalmente se convirtió en refugio para muchos supervivientes que son leales al hombre perdido de la leyenda, y al que algunos incluso adoran.