Ahora disponible
en Android y iOS
Crossout es un juego de acción MMO post-apocalíptico en el que puedes ensamblar tus propios vehículos de combate únicos a partir de una gran variedad de piezas intercambiables y luego subirte a ellos para participar en explosivas batallas multijugador tanto por aire como por tierra.

Caso Especial. Tercera parte

Una ruidosa disputa perturbó el sueño de Wasteland.

— …Obligando a los clanes a cortarse las gargantas unos a otros — los Ingenieros no debería hacer eso, — la voz de Duncan sonaba más cansada de lo habitual. Estaba preocupado por aquellos a los que no le importan los Ingenieros, y eso molestaba a Jones.
— Tu amabilidad nos perjudicará, — gruñó. — Cuanto más sea neutralizado en el proceso, mejor, ¿no? 
— Jones, — Duncan suspiró profundamente.
— Jones ¿qué?
— “Neutralizado” no. Asesinado.
— ¿Hay alguna diferencia? — Jones entrecerró los ojos.
— La hay, ¡y lo sabes!..

Un profundo suspiro se escapó del pecho de Foxy, pero los protagonistas de la discusión no se dieron cuenta. Cada uno de ellos tiene razón a su manera, y ella lo sabía, pero no deberían atacarse entre ellos. Con frecuencia este tipo de discusiones acaban mal.
Hace unos años, un escuadrón de jóvenes ingenieros terminó peleándose durante el camino. Todos dijeron algo de lo que se habrían arrepentido si hubieran tenido tiempo. Separados, se perdieron la emboscada, y una amiga cercana de Foxy fue asesinada en una batalla desequilibrada. Ni siquiera tuvo tiempo para disculparse.

— ... Duncan. El compasivo Duncan, el salvador de todos... — entonó Jones en voz alta.
— ¡Basta!... — gritó Foxy a modo de advertencia. Su palma descansaba en el extremo del rifle.

La ley implícita de Wasteland — si ves que alguien agarra su arma, y no quieres matarlo, ve más despacio. Los protagonistas de la discusión entendieron esta señal.

— Ninguno de nosotros quiere mancharse con nuestra propia sangre, — dijo Jones con tristeza. — Pero tenemos que golpear primero.
 — No todos los que te rodean son tus enemigos, Jones.
 — Pero pueden convertirse en enemigos. Y sin recursos, cualquiera puede ir contra nosotros. Incluso Riley, — dijo Foxy en voz muy baja, levantando la cabeza y de repente quedándose congelada. — Diablos… Nos estamos atacando entre nosotros, y mira qué estrellas...
Jones se rió, mientras levantaba su cabeza:
— Como granos de azúcar.
— Tal vez Duncan tenga razón... — Foxy volvió a hablar tras una breve pausa, lo que les permitió a todos recobrar la compostura. — Podemos ser unos desgraciados o minimizar las pérdidas... Y podemos ofrecer una recompensa decente. Al menos podremos dormir en paz.
— De acuerdo, — asintió Duncan. Sus hombros se relajaron. — Quién sabe, tal vez nuestros futuros aliados estén entre ellos.
— Ya veremos, — con una sonrisa, Foxy se levantó y se alejó del fuego, susurrando. — Bunny, ¿notas cómo huele el viento por aquí? ¡Huele a libertad!...
— Vamos a tomarnos un descanso y seguir adelante. Haré guardia, — dijo Duncan, mientras se retiraba al coche. Tras subirse al techo, se sentó y cerró sus ojos. 

La tensión restante pereció ahogada en las conversaciones de antes de acostarse. Durante la noche, una vez se quedaron sus compañeros dormidos, Duncan se dedicó a esperar silenciosamente el amanecer, observando el danzar de los destellos distantes de las anomalías.

Ya por la mañana, el disco cobrizo del sol despidió a los tres vehículos de combate, garabateando la estepa con huellas de polvo.

Duncan estaba revisando el mapa cuando la frecuencia de radio general cobró vida:

— ¿Apostamos a quién será el que traiga el primer cargamento? — sugirió Foxy. — ¡Podemos prometer un premio!
—  ¿Qué podemos regalar? — respondió rápidamente Jones.

Duncan, que había visto la caja durante la noche, solo sonrió.


¡Debate sobre ello aquí!

Facebook.jpgVK.jpgtwt.jpgInstagramm.jpg

12 marzo 2019
Historias