La próxima vuelta de los Knight Riders
Los Knechte son vagabundos eternos. Incluso entre la inquieta población de Wasteland, son conocidos por su pasión por viajar a lejanos lugares. Son guiados por la imagen del tentador Flanders y la voluntad de hierro de su líder, Martin. Los caballeros errantes nunca permanecen en un mismo lugar por mucho tiempo: tras haber difundido las últimas noticias a aquellos quienes son considerados dignos, y después de haber vendido todos los artículos y objetos de valor que han conseguido a lo largo de sus campañas, siguen adelante. ¿Su búsqueda verá su fin alguna vez? Es difícil de decir.
El ejército de Martin cuenta con personas muy diferentes que se fueron uniendo a él de formas aún más diferentes. Los Knechte no son santos, pero si les demuestras que eres un buen soldado, siempre encontrarás un lugar junto a la hoguera y en las columnas marchando. Martin recuerda la cara de cada aliado. Recuerda cómo y por qué acabaron hombro con hombro.
La última incursión trajo consigo más que solo nuevas armas y piezas. El ejército de los Knechte ha aceptado a un luchador muy inusual, una verdadera doncella con escudo, una chica que lucha mejor que la mayoría. Ocasionalmente, Martin se ha topado con libros del viejo mundo, en los que se cuentan historias de caballeros y dragones, y esta historia era condenadamente parecida a una de ellas.
Los Knechte seguían su ruta y llegaron a un asentamiento en ruinas. Todo había sucedido muy recientemente. El aire todavía estaba lleno de humo de los incendios. El líder de los Knight Riders ordenó que la parte principal de la columna se detuviera y redujera sus motores, y se fue en misión de reconocimiento con una pequeña patrulla de avanzada. Silencio, vientos aullando a través de las casas en ruinas, cadáveres en las calles. Ni una sola alma con vida. Quién lo hubiera hecho ya se había ido. Esto no preocupaba a Martin, ya que el nuevo mundo es cruel, y esta es su esencia. El líder de los Knechte ya estaba decidido a ordenar que se siguiera adelante cuando escuchó un llanto silencioso. Preocupado, el caballero avanzó guiado por el sonido.
Se encontraba arrodillada junto a dos pequeños montículos. Tuvo que cavar en el suelo rocoso con una pala endeble y sus propias manos. Y ahora estaba sollozando, con la cabeza agachada y el rostro cubierto por su largo cabello negro como el carbón. Al escuchar los pasos del líder de los Knechte, la niña se estremeció, se volvió bruscamente y le lanzó una mirada ardiente llena de odio. Sus manos estaban agarrando torpemente una espada hecha en casa, con la que apuntaba directamente al pecho de Martin. Por la mirada en sus ojos, se veía que estaba decidida a ir hasta el final. El Knight Rider siempre había valorado a ese tipo de personas, porque él era como ellos.
“¿Sabes quién hizo esto?” — Preguntó Martin sin apartar la mirada.
En respuesta, la niña solo asintió. Como se supo más tarde, era muy reservada. La niña contó rápidamente toda la historia banal sobre la aldea, sus padres, los asaltantes y la muerte. Su rostro no cambió incluso cuando Martin le preguntó si deseaba vengarse de sus agresores. La misma expresión permaneció en su rostro cuando los Knechte irrumpieron unas semanas más tarde en la base de los asaltantes y los masacraron a todos.
Los bandidos locales fueron mucho más inteligentes que sus compañeros asaltantes del Valle y de las zonas de alrededor. Se toparon con un búnker militar abandonado, y su recompensa fue un montón de armas, equipo y municiones. Los bandidos tuvieron la suerte de encontrar talleres únicos que podían fabricar verdaderos milagros, para los estándares de hoy en día. Las aldeas de alrededor empezaron a pasar por momentos difíciles: primero, los bandidos empezaron a recaudar impuestos, y más tarde declararon que dichos asentamientos eran ahora de su propiedad. Los bandidos se llamaban a sí mismos no menos que los nuevos señores feudales y, debido a esto, Martin sentía un placer particular al tratar con ellos. Recordó las historias del Vengador sobre el derecho de la primera noche de bodas, rebeldes crucificados y torturados, sobre todo lo que los autoproclamados señores feudales estaban haciendo en su “dominio”.
Martin vió por primera vez una sonrisa en el rostro de la niña cuando volvieron al Valle para comerciar y contarle a la gente sobre el triste destino de los bandidos. La Vengadora se ofreció ella misma para ser una portadora del estandarte. Pero la bandera de la señal roja, que desplegó sobre su cabeza, estaba hecha de lino blanco, empapado en la sangre de los asesinos de su familia. .
El Knight Rider estaba satisfecho: por ayudar a traer justicia; por unirse a su escuadrón una excelente luchadora; y, por supuesto, por el hecho de que la incursión promete buenos beneficios al comerciar con los lugareños.
Al final, ¿en qué otro lugar podrían los Knechte encontrar ametralladoras, emisores de plasma, escopetas y módulos para detectar enemigos invisibles? Sonriendo satisfecho, Martin ordenó pintar nuevos símbolos en los vehículos de los Knechte para honrar este evento: lirios dorados sobre un fondo azul, flores, simbolizando los primeros brotes de justicia en Wasteland.
Muy pronto Martin y sus Knechte nos harán una visita. Permaneced atentos y buena suerte en Wasteland, supervivientes!
Os recordamos que todas las nuevas características descritas en el ‘Blog del Desarrollador’ no son definitivas y pueden recibir cambios antes de que sean introducidas en el juego o incluso pueden no llegar a integrarse en el juego.