Diario de la expedición al Valle. Entrada 528
En las montañas, la primavera se siente especialmente brillante y te llama a quedarte entre las rocas. Las nevadas pueden ser reemplazadas en un instante por el sol abrasador, que derretirá la nieve y calentará las flores efímeras. La frescura del aire primaveral de la montaña parece sentirse incluso dentro del rover, a pesar del sistema de control climático. Cuando salí del vehículo y bajé al arroyo para buscar agua, mi “Explorador polar” naranja brilló en el fondo de la cordillera. Como una nave espacial en medio de la naturaleza virgen de un planeta deshabitado. Pero el mal tiempo te obliga a seguir avanzando.
Una enorme nube azul se mueve detrás de mí justo donde puedo descender del paso hacia el Valle. En cualquier otro momento, definitivamente me detendría a medir la presión, temperatura y densidad del aire, pero tuve que dejar casi todos los instrumentos de medición en casa. En esta expedición, la única compañía que tengo es “Astraeus”: un acelerador de pulso ensamblado a partir del telescopio favorito de mi esposa, chatarra del garaje y un par de paneles solares. No parece muy fiable, pero es intimidante. Espero no tener que usarlo. Tengo miedo de que pueda matar a alguien. Y el telescopio aún se puede reparar.
No he podido averiguar adónde ha ido mi guardiana del norte, así que no sé a quién me tendré que enfrentar. No pude encontrar la cueva en la que nos detuvimos a pasar la noche. Y si lo hiciera, para entonces la nieve definitivamente habría cubierto todos los rastros. Lisa tampoco volvió a casa. Dios. Espero que siga viva. Sí, ella definitivamente sigue viva. Esta mujer ha pasado toda su vida entre nieve y hielo. Ella también me sobrevivirá. ¿Qué nos encontramos en esa cueva? Juro que escuché el sonido de motores mientras dormía. ¿O fue una avalancha? Pero, ¿por qué recuperé el sentido en el bosque en un rover en marcha? ¿Dónde puedo buscarte?
También está Vilena. Después de todo, su madre y yo nunca habíamos tardado tanto en volver de nuestras expediciones. Estaba tan preocupada que fue a buscarnos al Valle. Con mis lanzamisiles. Menos mal que dejó una nota al menos. ¿Por qué le conté sobre mis expediciones pasadas allí? Daría cualquier cosa por no volver con esta gente. Espero encontrarla antes de que conozca a todos esos locos. Y juntos encontraremos a Lisa. La nube está cada vez más cerca. Ya se ven los destellos de los relámpagos en los espejos retrovisores, y el sonido de los truenos se escucha incluso por encima del sonido del motor.
¿Qué le espera allí? ¿Asaltantes? Estoy seguro de que se arrepentirán si se acercan a ella. ¿Quién más? ¿Los militares o esos pseudocientíficos con motores a reacción? ¿Fanáticos? ¿Quizás al propio Mentor? Creo que ese era el nombre de ese viejo loco. ¿A cuántas personas ha logrado lavar el cerebro ya? Definitivamente habría oído hablar de Vilena. La gente como él tiene oídos por todas partes. ¿Aún está vivo? ¿Hace cuántas lunas lo vi por última vez? Tantas cosas han cambiado. ¡Si tan solo le pusiera un dedo encima!
El Valle aún está a unos días de distancia. Lo principal es tener tiempo para bajar del paso antes de que me alcance esta nube. Las tormentas de primavera son siempre las más potentes y majestuosas. ¡Por supuesto que lo son! Necesitan despertar a la naturaleza. El aguacero será tan fuerte que me puedo quedar atrapado aquí por mucho tiempo. Lisa, Vilena, Dios os salve. Estoy en camino.