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Crossout es un juego de acción MMO post-apocalíptico en el que puedes ensamblar tus propios vehículos de combate únicos a partir de una gran variedad de piezas intercambiables y luego subirte a ellos para participar en explosivas batallas multijugador tanto por aire como por tierra.

Una casa dividida: Construyendo puentes

Puedes leer la parte anterior de esta historia aquí.

Las enormes instalaciones del comedor de la fábrica de los Fundadores estaban casi vacías – el primer turno ya había almorzado y el segundo todavía estaba lejos de hacerlo. Solo los cocineros se preocupaban afanosamente por las enormes ollas y hornos, y una chica estaba sentada en la mesa de hierro más alejada de la línea de distribución de comida. Cualquier Fundador reconocería esos rasgos faciales toscos y el pelo corto teñido de amarillo – Maja Lindholm, la menor de los hijos de Eva, era respetada entre sus subordinados por su ingenio, coraje y carácter obstinado. Es por eso que su estado actual parecía aún más sorprendente – estaba picando malhumorada su ensalada con su tenedor, rodeada de un montón de jarras de cerveza vacías y medio vacías.

El jugueteo con el inocente plato de ensalada fue interrumpido por un fuerte bajo que retumbó sobre su oído:

– ¡Ey, pequeño! ¡No esperaba verte por aquí!

Maja casi saltó sobre el banco sorprendida, se dio la vuelta y vio una enorme barriga dentro de un mono, capaz de competir en grosor y fuerza con  la armadura de un vehículo pesado. Tras alzar su mirada hacia una espesa barba negra y unos ojos alegres que irradiaban amabilidad, sonrió:

– ¡Graham! ¡No puedes acercarte sigilosamente de esa forma! ¿Qué estás haciendo aquí?

El hombre se rio en respuesta:

– ¡Pero sí he pisoteado como un oso! Eso es que estabas ensimismada pensando en algo. Vengo de junto a Eva, fui a hacerle una visita. Pensé en pasar por aquí para comer algo. No esperaba encontrarte aquí, ¡pero me alegro de haberlo hecho! Espera un minuto, voy a buscar algo de comida y vuelvo.

Maja, sin dejar de sonreír, hizo un gesto con la mano a Graham, sugiriendo que no debería negarse nada.

– Vamos, hay suficiente espacio aquí incluso para ti.

El hombre fue a la línea de distribución y regresó con una bandeja cargada con varios alimentos, maniobrando entre mesas y bancos de una manera asombrosamente hábil. El vaso alto y facetado favorito de Graham, que trajo consigo, era la joya de la corona de la bandeja. Se dejó caer pesadamente en el banco justo frente a Maja, tomó un sorbo de su cerveza y exhaló satisfecho. Luego miró las jarras vacías de Maja, la comida casi intacta, y arqueó las cejas inquisitivamente.

– ¿En qué estás pensando para que ni siquiera te dieras cuenta de mi presencia? ¿Ha muerto alguien?

La sonrisa en el rostro de Maja se desvaneció, hizo una mueca y metió el tenedor en la ensalada como si fuera la garganta del enemigo.

– Ojalá fuera eso. Mi madre me dio una tarea – una que no se la desearías a tu peor enemigo. ¿Sabes que los Ravagers han capturado el puesto de avanzada de los Hijos del Amanecer en el Círculo de cenizas?

Graham asintió en respuesta y, poniendo una enorme cucharada de puré de patatas en su boca, entrecerró los ojos pensativo. Un estruendo de platos resonó en la cocina, acompañando dramáticamente las palabras de Maja.

– Parece ser que los trozos de metal rompieron las defensas de los cabezas de huevo, y, después de todo, estas no eran de papel. Y a los tipos inteligentes no se les ocurrió nada mejor que pedirnos ayuda para liberar sus pertenencias perdidas. ¡Como si tuviéramos gente de sobra! Madre también pensaba lo mismo, pero en su infinita sabiduría decidió que no era el momento de perder la oportunidad de hacer que los científicos nos deban un favor.

Maja hizo una pausa para tomar un sorbo de cerveza de la jarra, y Graham, que estaba masticando una chuleta, comentó con una mirada comprensiva:

– ¿Mercenarios, no?

Maja asintió enfadada:

– Sí, mercenarios. ¿Y adivina a quién le encomendó Eva la tarea de reunir la carne de cañón para arrojarla contra las defensas de los Ravagers? A mí.

El hombre se encogió de hombros.

– ¿Y cuál es el problema, niña? Has llevado a la gente a la batalla más de una vez. Es una tarea peligrosa, por supuesto. Pero Eva tomó la decisión correcta — es mejor perder a alguien más que a nuestra propia gente.

Recibió un profundo suspiro en respuesta.

– ¡El problema es que no tengo ni idea de cómo encontrar a esta gente! Sí, he luchado. Sí, he llevado a la gente a la batalla. ¡Pero era nuestra gente! ¡Fundadores! Sabían lo que estaban haciendo y por qué lo estaban haciendo, ¡estaban dispuestos a ganar y morir por el bien de la familia! ¡Y ahora tengo que motivar de alguna forma a un grupo de completos extraños, a quienes no conozco y que no me conocen, para que vayan allí y sean asesinados por torretas láser!

En este punto, Maja se detuvo y miró a su compañero, que estaba masticando tranquilamente otra chuleta:

– Graham… Tú viajas por todo el Valle. Lo has visto todo, conoces a todo el mundo. ¿Tal vez puedas darme algún consejo inteligente?

El hombre sonrió abiertamente y, cogiendo un pastel a modo de puntero, empezó a dibujar patrones en el aire con él.

– No hay problema. Eva me llamó por una razón – sondear el estado de ánimo general de la gente del Valle. Y la gente tiene miedo. Tiene miedo de los malditos trozos de metal, completamente brutalizados. Y esto te vendrá bien cuando empieces a reclutar mercenarios. No es tan complicado. No minimices la amenaza, pero tampoco te centres en ella. Haz hincapié en que esta es una oportunidad para luchar contra los Ravagers. Este no es solo un asunto de los Fundadores y los Hijos del Amanecer, sino una misión vital para todo el Valle, ¡una cruzada contra los monstruos por el bien de toda la humanidad! Y asegúrate de añadir más entusiasmo. A todo el mundo le gusta sentirse parte de algo más grande, y no solo matones. Y añade la promesa de una buena paga a este entusiasmo. Todos encontrarán algo para ellos, así es imposible que te equivoques.

Tras terminar su discurso, Graham se metió el pastel que estaba usando de puntero en la boca con cara de satisfacción. El rostro de Maja se iluminó y sonrió:

– ¡Muchas gracias! Lo haces sonar muy simple y estaba realmente nerviosa. ¡Es genial tenerte aquí, tío! ¿Cuánto tiempo te quedarás con nosotros?

El hombre sacudió la cabeza:

– Solo he pasado por aquí para informar a Eva, y pronto me iré de nuevo. Tengo muchas cosas que hacer. Por cierto, por el camino te buscaré voluntarios, visitaré muchos lugares.

Maja apoyó su mano en la mejilla pensativa:

– De nuevo, muchas gracias… Sí, yo también me iré pronto. Después de todo, mi madre me confió una segunda tarea, aún más urgente. Otra facción nos ofreció cooperar…

Tras estas palabras, dejó de hablar. Graham miró a su compañera con interés y le hizo un gesto para que continuara, pero ella vaciló. Durante unos segundos hubo un silencio incómodo, roto solo por el tintineo de los platos y las discusiones ininteligibles de los cocineros en la cocina, así como por el crujido del banco debajo de Graham, que estaba inquieto por la curiosidad. Finalmente, Maja se inclinó sobre la mesa hacía él y, bajando la voz en complicidad, le preguntó:

– ¿Te acuerdas de Ivy XO?


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14 octubre 2021
Historias